Nunca Menos

viernes, 23 de octubre de 2009

¿Brasil es un modelo de país o es otra de ficción de Grupo Clarín?


Hoy en día los noticieros y muchos diarios dedican líneas y tiempo en hablarnos de la gran potencia mundial que es Brasil, como pudieron sobreponerse a la crisis y como ellos que están tan cerca nuestro siguen creciendo mientras nosotros en teoría nos hundimos.
Brasil sigue teniendo la misma cantidad de pobres que hace 30 años, las políticas no son de inclusión sino de fortalecer los sectores productivos en aras del crecimiento de los mismos grupos de siempre y eso no se puede negar que lo logran, porque producen más, su PBI sube, tienen diversidad de productos de exportación y hace un tiempo a esta parte se está industrializando para poder vender cada vez más productos con valor agregado (el mismo modelo que Cristina intenta implementar en este país pero todos los días recibe un palo en la rueda).Por otra parte este crecimiento de las clases medias y ricas de Brasil se sostiene entre otras cosas porque además de todos los recursos naturales que tienen como nosotros, también recientemente han descubierto grandes depósitos de petróleo bajo el río Amazonas  lo que ha disparado el monto de las exportaciones a valores siderales cosa que nadie dice. No es un pecado tener petróleo pero es sabido que los países con este elemento por más pobres que sean pueden reacomodar sus economías rápidamente (Véase el caso de Venezuela, Libia, Qatar, países que pasaron de ser de los más pobres a una posición más que digna desde que dieron con el ¨oro negro¨).
Obviamente no es solo cuestión del azar encontrar petróleo, hay que invertir en perforar y hay que ser sumamente persistente, operando en déficit muchas veces (Cuando Cristina vetó la ley de glaciares entre otras cosas para que no se pierdan todo este tipo de actividades que a largo plazo pueden dar un gran rédito a la economía de nuestro país, se la trató poco más de ser la reencarnación del diablo, mientras Lula es un excelente estratega por perforar y realizar actividades sumamente invasivas nada más ni nada menos que en el pulmón del mundo, el Amazonas).
Siguiendo con la línea, hoy Lula Da Silva es el cerebro más grande de la región, el mejor político de los últimos 50 años nos dice el establishment, al respecto me pongo a pensar y digo.... él proviene del sindicalismo, es un gran sindicalista militante del gremio de los camioneros lo que acá sería Moyano, entonces me pregunto: ¿La clase media de este país permitiría que Moyano sea Presidente? y si lo fuera y tuviera un desempeño como el que nos dicen que tiene Lula en Brasil ¿Lo apoyarían y lo seguirían? la respuesta es muy fácil para mi, los dos países tienen gorilas, pero en Brasil están en la selva comiendo bananas y acá votan y opinan.

Ahora bien.... si tanto tenemos que mirar como se comporta Brasil y tomarlo como un ejemplo de eficiencia y planificación ¿Por qué no lo hacemos en todos los sentidos? ¿Por qué en 2005 nadie hablaba de copiar a Brasil?
¿Qué decían los expertos en agricultura en Brasil hace unos años?
Esto decían...
Entrevista con Poppy Brunini integrante de La Asociación de Sindicatos de Trabajadores Rurales Fronterizos (ASTF).



-¿Cómo comenzaste a relacionarte con la ASTF?

-Hace unos años fui a realizar una maestría como ingeniera agrónoma a Brasil y decidí quedarme. En esa época comencé a vincularme con la Asociación, y desde hace un año me desempeño como coordinadora en el área de agronomía de la ASTF.

-Muchos productores de Río Grande do Sul han quedado prácticamente en ruinas. ¿A que se debió esta situación?
-Entre los varios factores que intervinieron, el más importante fue el monocultivo. Desde un tiempo a esta parte la mayoría de las tierras del estado se ha dedicado con exclusividad a la producción de soja. Esto sucedió así porque las transnacionales, con falsas promesas, incitaron a los productores a creer que en la soja estaba la solución a todos los problemas. Pero con suelos tan pobres como los de Río Grande, el éxito de este cultivo estaba amenazado desde el inicio. A esto debemos sumarle, además, la sequía que sufrimos hace dos años –a la cual esta soja, que prometía ser súper resistente, no sobrevivió- y el de los royalties: los productores, sin tener casi producción, tuvieron que pagarle a Monsanto lo poco que habían ganado, aumentando así su miseria.

-¿Qué medidas tomó la ASTF para intentar revertir este escenario?

-A partir de la ruina generalizada en la región comenzamos a implementar un proyecto de soberanía alimentaria con base en la producción de caña de azúcar. Sin embargo, si no hubiera sido por la grave situación económica que estaban viviendo los productores, nunca hubiésemos podido implementar estos proyectos. El agricultor se había dejado engañar por las transnacionales, y sólo ahora que se han arruinado y que la soja ha demostrado no ser solución ni salvación, está dispuesto a volver a diversificar su producción. Ahora se inicia una nueva etapa, y en ella no tiene más cabida aquella mentira de que se puede plantar sólo soja y comprar el resto en el supermercado.

-Mientras ustedes pelean por la agricultura familiar y la producción de caña, el estado de Río Grande está cada vez más invadido por la soja transgénica, el pino y el eucalipto.
-Río Grande alberga dos extremos: o es transgénico, o es ecológico. A pesar de todo veo el futuro con mucho optimismo, porque trabajando con los pequeños productores uno se va dando cuenta de que se está produciendo un cambio de mentalidad después del cual, la soja, que no deja ni ganancia ni alimentos, no tiene cabida

Entrevista de Gerardo Iglesias y Carlos Caillabet

18 de noviembre de 2005




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