Nunca Menos

jueves, 17 de septiembre de 2009

54 años del derrocamiento de Juan Perón. El principio del fin


El 16 de Septiembre de 1955 las Fuerzas Armadas derrocaron a Perón. La CGT, sectores del peronismo e incluso sectores opositores a Perón fueron a reclamar armas para impedir la toma del poder por los militares, pero Perón se las negó para no desatar una guerra civil, con todo el dolor del alma y viendo que una vez más la fuerza le ganaba a la doctrina, se exilió temporalmente en Paraguay. Finalmente se instaló en Madrid, en el barrio residencial de Puerta de Hierro.

El antecedente de este desenlace fue el bombardeo a la Plaza de Mayo efectuado el 16 de Junio de 1955 a cargo de los Comandos Civiles, integrados por conservadores, radicales, y socialistas, junto con la Marina de Guerra y sectores de la Iglesia Católica que intentaron un golpe de Estado, porque veían ya casi nulas las posibilidades de poder seguir enriqueciendose, de que a la gente pobre se le de el mismo trato que a ellos, que los ¨cabecitas negras¨, la ¨plebe¨, los ¨sucios¨, ¨los descamisados¨, tuvieran derecho a opinar, a participar en política, a exigir que no se los explote, a luchar por sus derechos, ya no podían tolerar más el ¨baño de realidad¨ que le había dado el General Perón en las elecciones de 1946 y posteriormente en las de 1952 de entender que ¨el pueblo¨ y ¨la mayoría¨, no era ese grupo al que ellos decían pertenecer y al cual decían proteger y representar, sino que el verdadero pueblo era el que se autoconvocó el 17 de octubre de 1945, sin propaganda, sin panlfletos ni proclamas solo por un fuego sagrado que le nació de adentro a cada una de las cientos de miles de personas que se dieron cita en la Plaza de Mayo en esa ocación y que luego revalidaron su apoyo en las urnas.

Para que extenderse, es la misma historia de siempre, la elite que ve amenazados sus intereses económicos y ¨morales¨ y recurre a una clase media ignorante y a los medios de comunicación obsecuentes de siempre que les hacen creer sus cuentos de propiedad privada en peligro, de el ¨decoro¨y el ¨recato¨ europeo, de un país manejado por el mercado como un modelo infalible, el individualismo, el pisar al otro para escalar posiciones, el aparentar, el seguir el modelo de ciudadano estadounidense, la indignidad de tener que compartir circulos sociales con obreros.... ¨Divide y reinarás¨.

En conclusión después de estos hechos vino lo que todos conocemos, gobiernos militares, represión, presidentes radicales títeres de las Fuerzas Armadas, empobrecimiento, desigualdad social, odio, resentimiento, la desaparición de personas que valían la pena, el exilio de otras tantas, una generación de militantes y pensadores completamente exterminada, la lucha encarnizada de clases, el miedo a unirse, a ver al de abajo como a un hermano, el grabado a fuego del ¨no te metas¨, la sumisión hasta placentera frente al imperialismo, la falta de valores, de dignidad, lo que nuestros abuelos tuvieron y nosotros jamás vamos a tener, una huella imborrable, el principio del fin.

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